El miedo

El miedo

miedo caricatura de arana con bigotes en tela de arana

¡Hola!

Últimamente me he dado cuenta de que veo mis épocas pasadas con otros ojos. Mis lecturas de esta temporada me han ayudado a conectar puntos que parecían sueltos, sin relación aparente. Al final resulta que el feminismo, la economía, la política, la filosofía, el lenguaje, la familia y la religión acaban emparentados porque unos temas nos llevan a otros: No hay tema que sea estanco, todos tienen conexión.

Lo cual es fascinante pero también te pone los deberes complicados cuando empiezas a escribir un borrador de un artículo. Vamos a ver, si quiero hablar de un tema específico me va a ser imposible no tirar de hilos que acaben por llegar a otros mil temas.

Pero me vais a disculpar, mejor empiezo a hablar del tema de hoy, y el resto que puedan surgir… ya los comentaré en su momento ¿De acuerdo?

El tema del que me gustaría hablar hoy es… el miedo.

El miedo tiene multitud de aplicaciones sabidas desde época inmemorial: El miedo nos ayuda a evitar los peligros y a forjar lazos con otros cuando nos sentimos vulnerables. Pero el miedo también se usa como herramienta de control social, por ejemplo educando con amenazas para criar hijos obedientes. O gobernando con miedo para crear ciudadanos sumisos.

Y, con una filosofía semejante, desde la antigüedad se ha aplicado el miedo a Dios para persuadir a los ciudadanos poco convencidos:  Porque cuando el mandamás de turno dijese que no se podía , por ejemplo, beber zumo de pera en sábado de partido, nadie le hubiera hecho mucho caso. Pero si puede ensenar un certificado que dice que la idea no fue suya, que se la dictó Dios mientras estaba haciendo la digestión antes de bañarse, y al que desobedezca lo va a partir un rayo…  la historia cambia. ¿A que si?

El miedo se usa a lo largo de la historia para manipular la mentalidad de la gente hacia los intereses de quien lleva la voz cantante.

Tal vez lo que digo a algunos les suene a chino:

-¿Es eso miedo? No, eso es respeto filial, civismo, reputación, es ser de buena casta, es ser piadoso, cumplidor, no tiene nada que ver con miedos.

Pues si, de acuerdo, hoy lo juzgamos distinto pero en otras épocas la Inquisición considero un pecado ofrecer calmantes a parturientas, razonando que el alivio del dolor en el parto estorbaba la devoción de la futura madre hacia Dios. [In 1591 a midwife, Agnes Simpson, was burned at the stake for having attempted to relieve birth pangs with opium or laudanum Rich, A. P.128].

El miedo que nos hace manipulables cambia con las épocas: miedo a que nos critiquen, a que nos juzguen como blasfemo, o ilegal, o extranjero, o loco, o traidor, o «mala madre» o lo que sea…Es efectivo: La mayoría ni somos conscientes de como nos dejamos manipular, de como estamos condicionados, hasta que se nos caen las anteojeras.

Hay algunos libros que me han ayudado a ver este panorama mas claramente:

 The Handmaid’s Tale. Esta historia de ficción especula con posibles estrategias para oprimir a la mujer socialmente, usando a otras mujeres para este propósito [«the best and most cost-effective way to control women for reproductive and other purposes was through women themselves» Atwood, P. 320.]

The Social Contract disecciona distintos aspectos de la autoridad civil y religiosa en la sociedad de su época (con ideas políticas aun vigentes y temas todavía sin resolver)[«The legislator therefore, being unable to appeal to either force or reason, must have recourse to an authority of a different order capable of constraining without violence and persuading without convincing. This is what has, in all ages, compelled the fathers of nations to have recourse to divine intervention and credit the gods with their own wisdom» Rousseau, P.358]

Of woman born Adrienne Rich analiza como la profesión medica contribuyo a los mecanismos de opresión de las mujeres institucionalizando su embarazo y maternidad.

Beyond God the Father donde la autora  analiza los mecanismos de control social -a través de la religión – con que las mujeres se convierten en cómplices de su propia victimización. Sus observaciones acerca de la humildad, la falta de aspiraciones y la actitud antifeminista de muchas mujeres ayudan a ver lo efectivo que ha resultado este mecanismo durante siglos.

 

En fin, esto es solo la punta del iceberg en la red del patriarcado. Me han quedado en el tintero cosas por decir pero el tema es largo y no quiero extenderme demasiado en un articulo.

 

Hasta la próxima.

 

Gracias por leerme.

Y para quien le queden ganas de leer mas, os dejo estos títulos:

  • The Handmaid’s Tale Margaret Atwood. 1986
  • Beyond God the Father Mary Daly, 1991
  • Of woman born Adrienne Rich. 1997
  • Memoirs, the social contract and discourses. Jean-Jacques Rousseau. 2015
     
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