Hola otra vez.
Aquí seguimos, con mis dibujos recientes y analizando las posibilidades de distintos medios. En este caso, comparando mis usos de acuarelas y de lápices acuarelables.
Empezare por los lápices acuarelables, que uso a menudo y suelo llevar encima a donde vaya. La conveniencia es indudable, pues son pequeños, ligeros, baratos y se adaptan a distintas técnicas con pocos inconvenientes.
Hola otra vez.
Aquí seguimos, con mis dibujos recientes y analizando las posibilidades de distintos medios. En este caso, comparando mis usos de acuarelas y de lápices acuarelables.
Empezare por los lápices acuarelables, que uso a menudo y suelo llevar encima a donde vaya. La conveniencia es indudable, pues son pequeños, ligeros, baratos y se adaptan a distintas técnicas con pocos inconvenientes. Se pueden usar directamente en el papel, se pueden humedecer o no después de aplicados, o incluso se pueden mezclar en una paleta o aplicar directamente un pincel húmedo a la mina del lápiz.
El mayor inconveniente que tienen, en mi experiencia, es también una ventaja: son ideales para usar en situaciones improvisadas, dibujando del natural, sin necesidad de accesorios (caballete, estuche para mezclas y accesorios, variedad de pinceles, etc)
Nos obligan a simplificar y a adaptarnos a lo que llevemos encima.
Por ejemplo, en este dibujo de una playa de aquí arriba me encontré con una escena que decidí dibujar: apenas había gente pero si una brisa pertinaz que insistía en pasar las paginas o en llevarse mi estuche para la arena. Eso hubiera sido una pesadilla si hubiese planeado usar acuarelas convencionales o un formato mayor al de mis cuadernos (A6).
Esta otra escena de la playa en otro día también la hice con lápices acuarelables. En este caso me encontré con arenillas que se pegaban al papel mientras secaba la pintura.
En este dibujo de interior ya use acuarelas. Me pude permitir preparar aguadas y dejar secar la pintura entre distintas áreas. Pude usar distintos tamaños de pincel y conseguir distintos efectos.
Aquí también use acuarelas y deje secar la pintura y use distintos tamaños de pincel para distintos efectos.
Esta vista marina la hice con lápices acuarelables. Había planeado usar esponjas y otros efectos pero en su momento me vi con solo dos manos y una la tenia ocupada agarrando el cuaderno, así que preferí improvisar los efectos de la balaustrada con lo que tenia a mano, el pincel de agua. Y decidí hacer la linea mas tarde, una vez terminado el paseo.
Esta escena de campo fue tomada con mi móvil desde un tren. Decidí dibujarla mas tarde y use lápices acuarelables. Me parece que se adaptan bien al carácter de la escena, y a la rapidez con que tome la foto.
Este dibujo improvisado de una puerta da una idea de las posibilidades de los lápices acuarelables: ideales para ponerse a la tarea sin necesidad de preparativos. Las aguadas son mas variadas que si hubiese usado acuarelas, pero la imaginación pone lo que no se ve en el papel.
Ah, otro elemento de los lápices acuarelables que encuentro valioso: se puede dibujar en cualquier parte, incluso en el asiento del avión, si es que tenemos un modelo que no se mueva demasiado. En este caso decidí dibujar con color y le puse la linea mas tarde.
(Que me expliquen como hace la gente para tener panoramicas de los interiores de avión en sus dibujos: yo tendría que girar la cabeza para ver algo que no fuese el asiento)
Pues ahí queda mi comparación entre acuarelas y lápices acuarelables.
Las conclusiones? Me gustan los dos medios, uno para dibujos improvisados y sin apenas equipo, y el otro para planear dibujos y efectos con una variedad de pinceles y de accesorios y tiempo de sobra.
Gracias por leerme y hasta otra.